MI CONCIENCIA, MI HISTORIA PERSONAL
Entresacado de HERMANITO. Ibrahima Balde y Amets Arzallus
Especialmente Pgs. 102 a 114
. . . Pasé un año y 3 meses en Argel, con 3 compañeros diarios: agua, arena y cemento. Y 3 prendas: una
pala y dos guantes. Los guantes me los compré yo porque mi mano se iba gastando. . . allí siempre llega
fuerza fresca desde Malí, Nigeria, Camerún. La lógica local era fácil “si el trabajo es duro, lo hará la
emigración.” Teníamos que trabajar medio a escondidas, para que no nos pillara la policía. No salíamos
de la cantera, dormimos allí. Dormíamos ocultos bajo dos grandes bloques de cemento. Y como manta,
un trozo de cartón. Al amanecer nos levantábamos, rezábamos, doblamos los cartones y a trabajar.
. . . Caminamos dos noches enteras. Durante el día nos escondíamos en el bosque. . . Mis pies ya no son
capaces de caminar tanto. Si los echo a andar, se acordarán del desierto y se hincharán de nuevo.
. . . Allí casi todos éramos musulmanes, pero nadie respeta el ayuno. En el bosque se come cuando se
puede. De día o de noche. La religión sabe que eso es así, y lo respeta.
. . .Refiere al dolor de tripa que no le comenzó en Tánger y lo traía desde Argelia. Nunca jamás había
tenido un dolor así y pensaba: ¨el hombre va a desaparecer pronto¨. Y cuando digo ¨el hombre¨, ese
hombre soy yo, y el dolor también soy yo, de arriba abajo yo. Pero sobre todo mi tripa, desde el pecho a
la entrepierna. Cuando tienes un dolor en el cuerpo, eso te cierra las demás heridas así te olvidas de
ellas. Y yo sabía que cuando se me pasara el dolor de la tripa iba a atacarme otra cosa peor (Alhassane.)
Pero para ese dolor no hay ninguna medicación. Así que el dolor de tripa me ayudo desde Argelia a
Marruecos (y con él llegó a Irún.)
. . . Y de nuevo en el bosque corriendo delante de la policía: cameruneses, malienses, marfileños y
guineanos, África entera corriendo. Le atraparon dos veces. La policía me insultaba con el bastón y me
vaciaba los bolsillos. Pero nunca encontraron el dinero (que llevaba para el tramo final del viaje: llegar a
Europa.)
. . . Allí eres un árbol más, y es invierno. Lluvia, viento y frío. Y un cartón o dos. Te tumbas y esperas sin
moverte. A veces viene la policía. Entonces, dejas el cartón y te vas corriendo.
Los pasadores, para ese viaje final, (llegar a Europa), nos pedían hasta 4.000 euros o 3.500, bajando a
3.000 y él tenía 2.600.
A muchos solo les quedaba la opción de comprar una zódiac de plástico y salían con unos palos de
remos. El coste andaba por los 100 euros persona. Pocos llegaron a su destino.
. . . Cuando vives en el bosque, siempre hay otro bosque que no se ve, el que lleva cada uno en su
cuerpo. La gente está callada, nadie habla, pero les miras a los ojos y notas que hay algo dentro de ellos,
algo de lo que no pueden escapar. Porque es fácil driblar a la policía, pero no a la conciencia.
Cuando digo la “conciencia”, quiero decir la historia de cada uno.
. . . Yo no tenía intención de salir a la aventura. Estaba aprendiendo a conducir camiones, y creo que si
hubiera seguido un poco más, habría empezado enseguida a trabajar (– tendría unos 14 años.) Con ese
oficio hubiera podido mantener a mi familia sin salir de Guinea: (madre, dos hermanas y un hermano
–todos menores) Ese era mi objetivo, pero mi hermano pequeño se escapó y eso cambió mi destino. Yo
sé que la muerte de mi hermano fue un fallo mío. Fallo de negligencia.
Por eso cuando digo “conciencia”, quiero decir la historia de cada uno. Los sueños y las culpas, todo
revuelto. Eso es lo que cada uno lleva en silencio, en su propio bosque.
(Ya en Irún:)) aquí también mi conciencia me ataca a diario, y tengo miedo. Miedo de perder a mis
hermanas pequeñas. Porque antes de irme de casa, entre nosotros había un movimiento que no es fácil
explicar con palabras, escuchaban todo lo que les decía y siempre estaban de acuerdo conmigo. Pero
desde que me fui de casa ha pasado mucho tiempo, y el tiempo lo cambia todo.
Por eso, cuando puedo, llamo a mi madre y le pregunto: Mamá, ¿las pequeñas están bien? Entonces mi
madre les pasa el teléfono ellas me peguntan: Ibrahima, ¿te acuerdas de nosotras?
Si alguna vez vuelvo a casa. . . me sentaré a su lado y se lo contaré todo: los viajes y torturas buscando a
Alhassane, su hermano. Al llegar a Libia tuvo que declarar tener 17 años y no 22 años, dado que a su
edad le correspondería la cárcel, de donde no se sale. Dice haberse enterado que Europa paga mucho
dinero a Libia, para que controle a los emigrantes. Por ello hay muchas cárceles en Libia con muchos
emigrantes. En Libia se enteró que su hermanito embarcó en una zódiac y salió al mar. Naufragaron
143 persona más él. Nadie se salvó. “Está acabado: Alhassane se me ha caído de las manos”.
Cuando pudo contárselo por teléfono, su madre empezó a gritar, lloró mucho. “Luego ya no lo sé.” Se
agotó el crédito del teléfono y no pudimos terminar la conversación.
(Como decía,)si algún día llego a casa, sentado junto a ellas les contaré todo eso y ya sé lo que me
preguntarán, por qué no volví a casa si mi destino no era Europa. Yo también me lo pregunto muchas
veces, y no es fácil de explicar: Uno, cuando una culpa te golpea, es difícil encontrar tu camino. Dos,
cuando has llegado hasta Marruecos o Libia, ya es tarde para volver, tu casa queda demasiado lejos.
Estás atrapado entre el desierto y el mar, como un animal. Y tres, yo no merezco que los ojos de mi
madre me miren. Eso es lo que de verdad pienso.
Por eso, hace tiempo que no rezo. La última vez fue cuando me llevaron a la “tómbola”( – regatear el
viaje). Sí, allí. Cuando fui sin la guba. Recé y pensé: Si Dios quiere que yo llegue a Europa, llegaré a
Europa. Si no quiere, me perderé en el mar.
Yo también (lo quiero).
Si los Santiagos, Ortegas junto a los suyos, llegaran a leer algo parecido, ¿reconsiderarían mínimamente
la necesidad de cambiar, en algo, el matiz del “cristal con que lo miran”?
Las 133 páginas del libro no tienen desperdicio – no sobra una línea.
Es la última, la 134ª, que como una mancha negra, lo emborrona todo, la de la CULTURA de VOX y, en
este caso, afines:
“En septiembre de 2019, el día en que la edición original de este libro entró en la imprenta, Ibrahima
recibió una notificación de la comisaría. Una sola página, en papel reciclado, tipo de letra Arial:
RESOLUCION:
DENEGAR EL DERECHO DE ASILO ASI COMO LA PROTECCIÓN SUBSIDIARIA a ELHADJI IBRAHIMA BALDE,
de nacionalidad guineana.”
¿Por qué se deniega UN DERECHO? Uno piensa que denegar un DERECHO no es como denegar la
entrada a un menor a un bar. Se trata de un Derecho Humano – de los que no tienen fronteras.
Ibrahima es parte de la conciencia – La HISTORIA PERSONAL- de los que lo firmaron: ¿Celebran su
sueño??? ¿Lloran su culpa???
¿HISTORIA? ¿HISTERIA? ¿Quién se otorga el derecho de objetivar la diferencia?
Gramaticalmente, un pequeño rasgo entre la O y la E. Humanamente, un abismo.
Ha ganado la HISTERIA Occidental. Y así, África ha comenzado a escribir su propia HISTORIA:
. . . Saliendo de la hegemonía del dólar; negociando directamente los contratos con otras naciones a
nivel internacional; refinando su propia matera prima; liberándose del FMI. Estudiando contratos
comerciales ya firmados por gobiernos africanos corruptos; reconsiderando la falacia de la deuda
externa: ej: cuando se firmaba un contrato de construcción entre un país africano y un europeo: los
profesionales con altos sueldos; maquinaria y otros materiales relacionados con la construcción se
compran en el mercado nacional europeo, haciendo parte de los gastos del proyecto; así como
supervisores, auditores. . . todos esos sueldos y demás gastos, corren a cargo de la nación africana –
pagan estos sueldos y al pagar la deuda, en ella siguen incluidos los sueldos. Por otra parte, la mitad del
presupuesto nacional de los países africanos tenía que estar acreditado en un banco europeo. . .
Han comenzado a nacionalizar minas de oro, litio, cobalto, uranio y otras de cuyos beneficios se gozaban
empresas extranjeras. Y mucho más. Pero aún hay países africanos que para poder acceder a la,
injustamente llamada ayuda del FMI, tienen que privatizar servicios como la electricidad, líneas aéreas,
bancos, sanidad, educación. . . Y si de algo entiende el FMI en caso de “desobediencia” es de venganza,
por mucho que tenga que sufrir la población civil. Venganza que Burkina Faso conoció de primera mano:
El Presidente, Traoré, dio al top del FMI 2 días para para que abandonara el país.
Se ha conseguido que además del oro, el litio, el uranio sean parte de la riqueza nacional con la que
poder responder económicamente.
Con esta nueva HISTORIA africana, hay emigrantes que han comenzado a volver a sus naciones de
origen dejando trabajos con sueldos importantes; jóvenes que consiguen trabajo en casa sin necesidad
de arriesgarse ante tanta humillación occidental. Y más. Este atisbo de independencia económica y
política está creando, a la contra, HISTERIA en el capital Occidental, que está pidiendo que se tomen
medidas.
Lo humillante para los políticos españoles del grito, del insulto, es que la mayoría de migrantes y
refugiados eligen España como país de tránsito. Me imagino el desconcierto de VOX y afines. ! Cómo
pueden ser tan incultos, ignorantes estos migrantes de dejar la CULTURA MADRE ESPAÑOLA por la de
cualquier otra nación europea!
Cuesta entender cómo, ante esta juventud que, por presiones comerciales injustas, siempre favorables a
Occidente, viéndose obligados a emigrar a refugiarse lejos de sus casas, broten el odio, la crueldad, la
violencia, tanto en la Justicia Occidental, como en parte de su población y su policía- caldo de cultivo
para las mafias. Y esto, en Occidente, que se proclama cuna de la civilización.
Ibrahima Balde, a la muerte de su padre, por ser el mayor, tuvo que dejar la escuela a sus 13 años y
dedicarse a su madre y 3 hermanos. Su hermano pequeño viendo que necesitaba echar una mano en
casa, a sus 14-15 años consiguió llegar a Libia. Ibrahima, con lo puesto y el dinero que consiguió su
madre vendiendo3 cabras salió a buscarlo. Al enterarse, ya en Libia, del naufragio, nació su culpabilidad
por no haber cuidado de su hermano, como su padre le había pedido, y dejara de ir a la escuela.
Como dice Ibrahima, cada uno tiene su propia Historia.
En Euskadi, el mayor se quedaba en casa y muchos de los hermanos tenían que emigrar. Era lo normal.
Los Indianos, a lo largo de la costa cantábrica, son estos migrantes que habiendo hecho “las américas”
volvieron a casa. Los miles de jornaleros que migraban a Europa, Sudamérica allá por los años 50 del
siglo pasado, eran una de las fuentes más fuertes de ingresos de divisas que entraban en España.
Me imagino que pasará a la HISTORIA vergonzosa, la reacción de un político nacido el Bilbao, contra los
que salvaron a un grupo de migrantes en el Mediterráneo, acusándolos por no haber hundido ese
barco de negreros. Por menos, la justicia española ha condenado a otros de apología al terrorismo.
El proverbio vasco: sorria pishtua gashtua da, – el piojo resucitado es malo – ha encontrado su
abanderado.
El MAR, es el santuario que sigue acogiendo a cientos de estos jóvenes, ya desde el siglo16 con el
comercio de la esclavitud. Todos esos jóvenes, durante años, han seguido por desiertos, montes, mares,
un catecumenado de dolor, angustia, hambre, penuria, miedo, tortura, afianzando su fe y su amor a
padres y hermanos que, en casa, lloraban la incertidumbre de si seguían con vida. Como dice san Pablo:
“ofrecían sus cuerpos como una Hostia-víctima viva, santa, agradable a Dios.” Y así entraban en el
BAUTISMO de MAR. Ellos lo ignoraban, pero Dios lo sabía – en el silencio estaba con ellos. Ibrahima
desde su angustia decía: la religión lo sabe y lo respeta.
Esperamos que los líderes africanos, al ejemplo de Mandela, Lumumba, asesinado; Tomás Sankara,
asesinado el 1987, ahora Traoré, amenazado de muerte – asesinatos y amenazas con raíces
Occidentales -, y otros, se unan al espíritu de la nueva política comercial africana, ofreciendo a su
juventud trabajo que los aleje de ese santuario marítimo y los libere de acercarse a la vergonzosa
política comercial Occidental cercada, protegida, por una “concertina social injusta.”
Ángel Nov 2025