Apreciaciones personales de algunos aspectos de la relación que mantuvo  Dios, con personajes y elementos de la Naturaleza, en la Historia a través de la Biblia y la Iglesia. Y aún hoy.

De Abrahán a Moisés

El primer personaje histórico en la Biblia fue Abrahán. Dios le dijo: deja a tus padres con sus dioses. Ahora yo seré tu dios y te guiaré a una tierra que heredarás. No vas a necesitar de otro dios.

Dios sigue con esa familia: Isaac, Jacob. . . José vendido por sus hermanos llega a Egipto. En Egipto, después de 400 años ya un pueblo con fuerza económica, política, social hace que el Faraón los reduzca a la esclavitud. El pueblo llora su condición y el clamor llega a dios. Dios se dirige a Moisés – su agente -en una zarza ardiendo, y le comunica que el clamor del pueblo ha llegado a sus oídos y  que lo envía a que lo salve  del Faraón.

En ese encuentro con  Moisés, le revela su nombre: Yahveh, asegurándole que él le protegerá. Y dios comienza a comunicarse con Moisés a través de grandes y a veces temerosos portentos naturales: vientos huracanados, temblores de tierra, fuegos. . . que asustaban al pueblo. Pasaron el Mar Rojo a pie. En el desierto Yahveh hace salir agua de la roca, les alimenta con el maná y aves voladoras. . .

Comienzan a organizarse como un pueblo: Comisión de 72 ancianos; los Diez Mandamientos, con el Arca de la Alianza – según el diseño de Yahveh, y la Tienda del Encuentro entre Yahveh y Moisés, con la nube sobre ella que les va orientando.  Más  leyes, órdenes, celebraciones litúrgicas. . . Josué fue nombrado sucesor de Moisés.

En la Tierra prometida

Con Josué entran en Canaán, la tierra prometida y se encuentran con culturas avanzadas en agricultura, arquitectura,  negocios, prácticas sociales. . .Y se dan cuenta que los dioses de esas gentes  les cuidaban mejor que Yahveh a ellos. Y comienzan a dejar al dios del desierto para acercarse a los de los vecinos.

 Yahveh comienza a aceptar y nombrar que el pueblo  tenga sus jueces, como Gedeón, reyes como Saúl, David, Salomón. . . eligiéndolos y comunicándose con ellos a veces personalmente, `pero la mayoría de las veces a   través de profetas: personas místicas que captan el sentir de dios y el sufrimiento de los pobres. Yahveh sigue ordenando: a David, le acompaña en sus batallas, le prohíbe que le construya un templo, pero se lo ordena a su hijo Salomón, dándole  el plano del mismo.

Los años siguen hasta el 580 ac. Hubo una sucesión de reyes que  seguían abusando de los pobres, adoraban a otros dioses, mataban a profetas elegidos por Yahveh. A través de los profetas quedaba claro que sus celebraciones litúrgicas, sus inciensos le producían nauseas dado que abusaban de los huérfanos, las viudas, los pobres. . . Y Yahveh los margina.

Cambio de escenario

El año 580 ac Yahveh abandona a los reyes de Israel, y él mismo, sin necesidad de profetas llama,  de un silbido, al dios de los persas y le ordena que destruya Jerusalén y lleve a la población en cautiverio. Nabucodonosor cumple con lo que le ordena su dios, destruye la ciudad, templo incluido y se lleva el botín además de esclavos. Is. 5,25-27 “Por eso se ha encendido la ira de Yahveh contra su pueblo. . . Iza bandera a un pueblo lejano (Asiria) y le silba desde los confines de la tierra; vedlo aquí, rápido, viene ligero. No hay en él quien se canse y tropiece. . .” El silbido significa que Yahveh no necesitó de la diplomacia; tenía poder sobre todos los dioses. Con perdón, con un silbido se llamaba a los perros.

El año 530 Yahveh mueve el corazón de rey persa Ciro y le ordenada que deje salir a los israelitas y  vuelvan del cautiverio en Babilonia a Jerusalén. . .Ciro, además mandó tomar todos los utensilios de la Casa-templo- de Yahveh, que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén y colocado en el templo de su dios. Esd. 1,1-11 “. . . Así habla Ciro el rey de Persia: Yahveh el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una  Casa, en Jerusalén, en Judá. Quién de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él. Suba a Jerusalén, en Judá, a edificar la Casa de Yahveh. . . A todo el resto del pueblo, donde residan, que las gentes les ayuden ofreciéndoles: plata, oro, haciendas, ganado, como ofrendas voluntarias para construir la Casa de Yahveh. . .” Él mismo da la orden  a su sátrapa: que nadie les moleste en el camino, y que además,  les ofrezca la madera,  los árboles necesarios para la construcción, así como oro y demás materiales.

Difícilmente pudo Israel sufrir mayor afrenta: el Templo, con el Sancta Sanctórum, lugar del Arca de la Alianza, símbolos máximos por excelencia, de la presencia de Yahveh. A pesar de todas las leyes sobre la pureza legal; el contacto impuro con extranjeros, el Templo es reconstruido con  material profano.

Un cambio de 180º                

Incluso ya unos años antes, por el año 900 ac Yahveh pide al profeta Elías que saliera de la cueva en la que estaba y se pusiera delante del monte, dado que Él iba a pasar: “ Y he aquí que Yahveh pasaba. Hubo un huracán violento que hundía las montañas y quebrantaba las rocas ante Yahveh; pero no estaba Yahveh en el huracán, Después del huracán un temblor de tierra, pero no estaba Yahveh en el temblor. Después del temblor, fuego; pero no estaba Yahveh en el fuego. Después del fuego el susurro de una brisa suave. Al oírlo, Elías cubrió su rostro con el manto.”1R 19,11-13.

 Elías descubre que Yahveh, dejando los portentosos caminos  para mostrarse ante su gente, elige el camino de la brisa suave, del susurro. . . que llega al silencio del corazón. No se deja llevar por las apariencias ni las normas establecidas: Dios es libre en su manera de relacionarse.  Hoy hubiéramos dicho: creía en el Espíritu Santo.

 Otro cambio de 180º

De vuelta en Jerusalén

Yahveh comienza a dirigirse al “resto”,  – mencionado ya por Ciro -al pueblo llano que se rige por los mandatos de Yahveh, al “pequeño resto” los anawin,  hasta que Él, “arrodillado” a los pies de una joven desconocida, nativa de un lugar de donde “nada bueno podía salir”, Nazaret, espera su consentimiento para que lo acoja en su vientre. Y oyendo el ¨hágase en mí según su palabra”  Yahveh, Dios, devino Jesús.

María, ya su madre,  fue la última de sus agentes del Antiguo Testamento.

A través de María Jesús hace parte del grupo de los pobres, del resto.  Rompe con leyes y tabús antiguos: “Se os ha dicho”, “Yo os digo”. Abraza a leprosos; come con pecadores; cura a mujeres en un día de sábado: la misericordia un día de sábado es más importante que el cumplir con la ley  del descanso. Y mucho más de lo que dijo e hizo lo enfrentaba al poder religioso de su tiempo.

Así como Yahveh rompió con las normas oficiales y se valió de dioses y reyes paganos para destruir y reconstruir el Templo; para que volvieran del cautiverio, ahora son ellos quienes acuden al poder extranjero, al romano para ajusticiarlo, en un lugar “de donde nada bueno podía salir” – el Gólgota donde se ajusticiaba a los criminales, a los fuera de la ley. Ahí Dios, en Jesús, es ajusticiado y resucitado, dándole al lugar, al Gólgota,  más valor que al propio templo.

Dios se sirve de la naturaleza, del Gólgota, el elemento tierra, para expresar su máximo amor a la humanidad: su muerte y resurrección. Una vez más fuera de toda lógica, fuera del Templo, al igual que su gestación en María, en Nazaret, lejos física y espiritualmente del Templo. 

Un cambio más de las mismas proporciones anteriores.

Ya dentro del tiempo de la Iglesia.

De una Iglesia perseguida hasta el año 335,  cuando el rey Constantino se convierte al cristianismo y los obispos, de estar encarcelados pasan a ser Príncipes de la Iglesia,  de todo ha habido. La Iglesia llegó a tener un poder directo, con cruzadas, ejércitos. .  Los mismos reyes organizaban Concilios. . . Fueron agentes de Dios?  Pero al mismo tiempo -100 años arriba abajo- , se encontraban San Francisco de Asís, para quien los pájaros, las flores, la hermana luna  le comunicaban, le gritaban,  la presencia de Dios; San  Vicente de Paul en tiempos en que París era un hervidero de pobreza, de pobres, quien sacando del confesionario a un colega sacerdote, le dice: “Dios está en la calle.” Sta. Teresa de Ávila, para quien humildad es dar el protagonismo a Dios, y el humilde con la fuerza de Dios puede arremeter  con todo.

Pasaron años y la Iglesia comenzó a ejercer un poder indirecto con concordatos, relaciones diplomáticas, hasta hoy día.

A nivel de teología, liturgia, moral. . . todo quedó apalancado con el Concilio Vaticano I por los años 1550. Hasta hace unos 60 años, intentar cambiar esas normas, ritos litúrgicos, moral y más, que surgieron de ese Concilio, era considerado como atentar contra la Tradición de la Iglesia, contra su Magisterio, casi, casi, paralelo a la Biblia. Según el sentir popular esos cambios sino atentaban, sí al menos molestaban la tranquilidad que el Espíritu Santo disfrutaba a la sombra del Vaticano.

 Llegó Juan XXIII. Consiguió que en la Iglesia se abriera una ventana y entrara algo de aire fresco – eternamente agradecidos.

Es de agradecer con respeto y cariño al buen número de sacerdotes que, pasados los 70 años de edad, continúan sirviendo en sus parroquias, escuelas y demás. Preocupa la falta de sustitutos. Por otra parte es de agradecer la presencia de muchos laicos – siempre laicas incluidas – comprometidos con su fe en la Iglesia; algunos con formación teológica, filosófica. Personas que leen mucho más que la mayoría de los sacerdotes dada nuestra edad. . . Este hecho, se lo tenemos que agradecer a Dios, que aún sigue preocupado con sus agentes, y lo podamos considerar como “un signo de los tiempos”.

Un matrimonio de laicos, perdón por la aclaración,  y misioneros durante 15 años en Perú, los dos profesionales en el área de salud; ya el año 1997 en las Conversaciones de San Esteban de Salamanca, exponían bajo el título ¿Qué Iglesia para Salamanca? lo que según su fe en la Iglesia podría  ser relevante: una Iglesia amada y amante; misionera y misionada; laical, maternal y feminizada. Una Iglesia comprensible, cercana y actual. Ya antes se declaraban Agentes Pastorales. ¿Habría algún clérigo que se atreviera a “echarles la primera piedra”? ¿Cuántos de entre nosotros clérigos podríamos sentirnos tan unidos personalmente a la Iglesia? Su sacerdocio bautismal y vivencia personal avalan sus vidas  delante de Dios, más que la mía por mi sacerdocio sacramental. Sin embargo dada  la práctica parroquial a lo largo de la historia,  si ese testimonio ocurriera en mi parroquia,  como párroco, yo tendría autoridad,  poder para ignorar, sino rechazar ese testimonio de fe en la Iglesia en mi iglesia, en mi parroquia.  Algo va mal. Muy mal.

Y agentes del estilo abundan. Y sacerdotes sacramentales, curas, de todos los estilos, escasean. Estaba Yahveh más  cercano de Ciro que hoy lo está Dios de los laicos? ¿No está la puerta abierta para  profundizar en el sacerdocio bautismal, y ver lo que Dios, en su proyecto original, le tenía reservado?

En mis 20 años en Tanzania he estado en parroquias con comunidades cristianas a más de 100 km aunque las que menos. Pero lo normal es que estuvieran a 80, 40. . . km lo que les hacía imposible acudir a la  celebración eucarística y a nosotros, 2 sacerdotes, poder celebrarla con ellos, más de 3 o 4 veces anualmente en algunas de esas sucursales, comunidades, que en total podrían llegar a 160 entre las 3 parroquias. En todas ellas había catequistas, agentes pastorales, tan elegidos por Dios como yo. El bautismo, sacramento de iniciación, comporta la confirmación y la eucaristía: el sacramento del bautismo se completa con la eucaristía,  no con el  pecado original. El bautizado tiene derecho a la celebración eucarísrica. Nuestro servicio sacerdotal no abarca a hacer que ese derecho llegue a los bautizados. Una posible razón podría ser   que la  formación académica actual necesaria para ser sacerdote sacramental, cierra  la puerta a muchos posibles candidatos entre los catequistas y otros. Nos podríamos preguntar si la formación académica es más esencial a la naturaleza del sacerdocio sacramental – al de los curas -, que el derecho de los bautizados a la celebración eucarística. En muchos países como en Tanzania, son los catequistas, quienes a parte de no poder celebrar la eucaristía ni confesar, se hacen cargo de todos los servicios a la comunidad local y la mayoría de manera gratuita. Muchas veces, no se necesita mucho más que el ser una buena persona, de lo que no andamos muy sobrados algunos sacerdotes.

San Pablo dirigiéndose a los cristianos en Roma 12,1-2, nos dice:” Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima (traducido también, como una hostia) viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.” El sacerdocio bautismal a 100: el bautizado sacerdote y víctima. Algo así como” copiar” y “pegar” del original, Jesús en la cruz- valga la analogía. A través de sacerdocio sacramental, en la eucaristía ejercemos solo de sacerdote

Sirva lo  adelantado  como prólogo a:

Podríamos preguntarnos si Dios puede considerar al Papa Francisco como uno de sus agentes en su visión Sinodal de la Iglesia – sinodal: todos los bautizados tenemos derecho, estamos llamados por el sacerdocio bautismal,  a participar en el “engranaje” de la Iglesia.

Si cuestionamos la autoridad papal, como en este caso se está haciendo en estamentos elevados de la Iglesia,  ¿qué  ocurriría si Dios se dirigiera a su Iglesia por instituciones ateas; enemigas; por otras religiones, como ya lo hizo Yahveh? ¿Estamos seguros que no lo esté haciendo?

¿No será que, más que el  poder directo e indirecto  a la Iglesia le corresponde el poder directivo?

 Aunque tenga que llamar zorro, como Jesús apeló a Herodes, uno de los políticos de su tiempo; Incluso a políticos de nuestra cuerda.

A pesar de toda la oposición que encuentra el Papa Francisco, pidamos que, así como Juan XXIII consiguió abrir una ventana en la Iglesia, Francisco pueda abrir,  al  menos,  una puerta. Puestos a pedir: que sea la puerta principal. ¡Qué malos perdedores somos algunos!

Ángel                                                                                                       Wukro Octubre 2023