…Y CLARO, TUVO QUE RESUCITAR…
…porque su compromiso con los pobres lo exigía:
Durante su ministerio Jesús fue dejando señales: “Cuando des un banquete invita a los pobres que no pueden pagarte, te pagarán cuando resuciten los muertos”
Y ya casi al final de su ministerio dejó otra señal que complementaba la ya mencionada: “Tuve hambre y me disteis de comer…” aclarándolo: “lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis.”
Entra estas dos señales, hubo muchas más: unas 50 veces se hace referencia a su actitud hacia los pobres, a los sin poder alguno, a los que alimentó, curó, consoló, se apiadó, les restituyó la vida, de los que tuvo lástima al verlos abandonados, solos…
Dios quiso asegurar que los que aquí son abusados, ignorados, humillados, el desecho, tienen ya derecho a su Gloria. Podríamos decir que una de las razones por las que Dios humanizó la muerte con la Resurrección de Jesús, fue para que la Historia llegue a dar a los pobres su puesto en la Gloria de Dios; lo que les ha sido negado durante su vida terrena. La muerte juzgará nuestra Historia.
Dentro de nuestra fe, como botón de muestra valga el que: en una de sus parábolas, cuando murió Epulón, el rico, Jesús dice escuetamente: lo enterraron. Cuando murió Lázaro, el pobre, como que lo adorna: los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. No se dice que el uno fuera malo ni el otro bueno.
Aparte de su actitud hacia los humillados, el desecho, Jesús fue uno de ellos: experimentó en sus carnes todo ese horror: ya cuando San Juan dice que “El Verbo se hizo carne”, utilizó la palabra griegasark, algo así como la sede, la base de donde surge lo inhumano: el odio, el desprecio, el abandono, la soledad, la angustia de muerte hasta sudar sangre: su dolor síquico durante su pasión, posiblemente fuera más lacerante que el físico: “si es posible que no beba este cáliz”. Culminado con el grito en la cruz: “¡Por qué me has abandonado!” Esos últimos segundos de su vida, tuvieron que ser “mortales”- ¡cómo definirlos¡ El que se declaró ser la Luz del mundo, sentirse encarcelado en la oscuridad más absoluta. Posiblemente más que una pregunta dirigida al Padre, fuera un reproche – vivió por, para, con, amado., inspirado. . . por su Padre que, en el momento más crucial de su vida, ante un fracaso total, desaparece.
No en vano, cientos de años antes de Jesús, Isaías lo define como aquel de quien: “muchos se espantarán de él, porque desfigurado no parecía un hombre, no tenía aspecto humano.” Por su parte San Pablo dice de él, que siendo de condición divina, no se agarró a ese rango, sino que se humilló haciéndose esclavo hasta sufrir muerte de cruz. Y para más Inri – nunca mejor dicho –Pablo confiesa que, Jesús es la imagen perfecta del Dios invisible. ¡Si de verdad lo creyéramos!
Y como para pulirlo un poco más Pablo se explaya:” Lo débil del mundo lo ha elegido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta”
El también profeta Ezequiel, también unos cientos años de antes de Jesús, en otra parábola, arremete contra los” pastores que abusan de los corderos, comiendo su enjundia y vistiéndose con su lana; así se apacientan a sí mismos, sin fortalecer a las débiles, ni curar a las enfermas, ni vendar sus heridas. Abandonan a las descarriadas, sin buscar las perdidas, maltratando brutalmente a las fuertes. ”Y a través del profeta Dios dice:” Yo mismo en persona buscaré mis ovejas siguiendo sus rastro…” Los pastores, los líderes, engordan estrujando al pobre; abusan del pobre. Por su parte Jesús también en una parábola, se identifica con el pastor que deja 99 ovejas en el redil y va en busca de la perdida – hasta que la encuentra – solo porque estaba perdida. Y su lógica: “en el cielo hay más alegría por un pecador arrepentido que por 99 justos”
He oído decir:” Dios nos ha creado en serio, no en serie”: cada persona es TODO por quien expone y da la vida – pero para la persona pobre hay un plus, del que va a depender nuestra salvación:” Tuve hambre y me diste de comer.”–Jesús se ha identificado con ella.
Ya para acabar, también he oído decir que: “solo el pobre puede liberar al pobre.” Jesús, además de lo ya narrado, naciendo de María nació pobre. Y desde su tierna edad tuvo que sentir en ella que: “Dios derribó del trono a los poderosos y ensalzó a los humildes; a los ricos envió vacíos y colmó de bines a los pobres”. Además se hizo el “cordero” del sacrificio. Y como tal lo veneramos en la Eucaristía: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
El misterio de la Resurrección transciende todo – va mucho más allá de “lo que mente no ha podido imaginar” -, pero, insistiendo, da la impresión de que Jesús ha querido dejarlo inmerso en la persona pobre: su sello. Posiblemente comenzando con su Madre quien tuvo que inspirarle su fe en el Dios que:” Derribó a los poderosos de sus tronos y ensalzó a los humildes; despidió a los ricos vacíos y llenó de bienes a los pobres”. ” María estaba al pie de la cruz” y como en Belén, lo acunó en su regazo.
Ángel ABRIL 2021
Poemas de un autor que tenía una fe ciega en Dios, aun creyendo que todo acababa en la oscuridad de la tumba – esa finura aun sin creer en la Resurrección
Señor, Dios nuestro,
¡Que admirable es tu nombre
Sobre toda la tierra¡
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
Has sacado una alabanza contra los enemigos,
Para reprimir al adversario y al rebelde-
Cuando contemplo el cielo obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que has creado,
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
El ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los dioses,
Lo coronaste de gloria y dignidad,
Le diste el mando sobre las obras de tus manos,
Todo lo sometiste bajos sus pies:
Rebaños de ovejas y toros,
Y hasta las bestias del campo,
Las aves del cielo, los peces del mar,
Que trazan sendas por el mar
Señor, Dios nuestro,
¡Qué admirable es tu nombre
En toda la tierra!
(Salmo 8)
El cielo proclama la gloria de Dios.
El firmamento pregona la obra de sus manos:
El día pasa al día su mensaje
La noche a la noche se lo susurra.
Sin que hablen, sin que `pronuncien,
Sin que resuene su voz,
A toda la tierra alcanza su pregón
Y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí ha puesto su tienda al sol:
Él sale como el esposo de su alcoba,
Contento como un héroe, a recorrer su camino,
Asoma por un extremo del cielo,
Y su órbita llega al otro extremo:
Nada de libra de su calor.
(Salmo 18 A)
La norma del Señor es límpida
Y da luz a los justos.
Más precioso que el oro,
Más fino que el oro fino,
Más dulce que la miel
De un panal que destila.
Aunque tu siervo vigila
Para guardarlos con cuidado,
¿Quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.
Preserva a tu siervo de la arrogancia
Para que no me domine:
Así quedaré libre e inocente
Del gran pecado.
Que te agraden las palabras de mi boca,
Y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón
Señor, roca mía, redentor mío.
(Salmo 18 B)