Ángel Olaran en los Premios a la Solidaridad en el Deporte: “Yo, de alguna forma, soy un emigrante más”

Ángel Olaran en los Premios a la Solidaridad en el Deporte: “Yo, de alguna forma, soy un emigrante más”

El pasado 5 de junio, Ángel Olaran pronunció unas sentidas palabras en la ceremonia de entrega de los Premios Internacionales a la Solidaridad en el Deporte, que se celebró en Madrid, organizada por la ONG “Deporte y Desarrollo”.

Olaran, que acudió a la cita como representente del proyecto “Valores y Ciudadanía a través del Deporte – Wukro (Etiopía)”, ganador de la edición de 2013 de unos premios que quieren reconocer el valor del deporte en la inclusión social y el desarrollo, agradeció el premio y se refirió a los diez niños que, por problemas con los visados,  no pudieron viajar a España para pasar entre nosotros de unos días que, a buen seguro, habrían disfrutado de lo lindo.

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Unos niños que viajaron 800 kilómetros en autobús desde Wukro a Addis Abeba “con una ilusión extraordinaria”, pero que no pudieron hacer la segunda parte del viaje. “A pesar de todo, los niños no pusieron problemas; no perdieron las ganas de jugar…”, aseguró.

“Estudiaban en equipo. Descubrieron lo bueno de estar juntos y disfrutaron de todo ello, convencidos de que el sueño de venir se va a realizar”.

“En estodos días, yo he salido ganando”, dijo Olaran, refiriéndose a los niños que tendrán que esperar unos meses para ver cumplido su sueño. “He captado más que nunca su cariño, su confianza y sus besos”.

Y después, refiriéndose a Samia, la mujer camerunesa que  hace tres años dejó toda su vida atrás en busca de un futuro mejor y que arrancó los aplausos de los asistentes con su actuación en la gala, habló de emigración, de los jóvenes que salieron de Wukro en pos de sus sueños y que volvieron, algunos, para ser enterrados en Wukro ; otros, rechazados por los países de destino,que solo piensan en volver a intentarlo y otros que ni siquiera pudieron regresar y perdieron la vida en la travesía. Por todos ellos mostró su admiración y repespeto, igual que lo hizo por los jóvenes que se acercan a nuestras costas escapando, buscando una vida mejor.

“Yo, de alguna forma, soy un emigrante más”. “Hace años, conocía a estas personas buenas que me acogieron en sus casas, pero la diferencia es que allí me siento como uno más, aseguró. “En cambio para esta gente (los emigrantes), no sentirse querido debe ser como un infierno. Lo único que ellos han hecho, es intentar llegar a sus paraísos”.

“Son personas buenas que solo quieren ayuda económica para sus familias”, explicó el padre blanco afincado en Etiopía desde hace más de 20 años.

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Tras ello, se refirió a las numerosas actividades deportivas que se llevan a cabo en Wukro. “El deporte es parte de la vida de los estudiantes, de los sanos, de los enfermos y de los minuválidos”. Y no solo se refirió a los deportes convencionales como el fútbol, baloncesto, patinaje, voleibol, atletismo o ciclismo, sino a otras muchas iniciativas como el riego de árboles o la recogida de papeles, que son un desafío para los mas pequeños y, de alguna manera “una forma de hacer deporte”.

“Con esto, creamos un ambiente limpio y sano para los niños”, afirmó antes de terminar un discurso improvisado que arrancó el aplauso de todos los asistentes.

 

 

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