Fuimos finalistas en la Gala Deporte y Desarrollo

Fuimos finalistas en la Gala Deporte y Desarrollo

El 6 de junio se celebró en Madrid la gala del VII Premio Internacional a la Solidaridad en el Deporte, en la que el “Proyecto para la educación en Valores y la Ciudadanía a través del Deporte” de St. Mary en Wukro (Etiopía), resultó finalista.

En nombre de Ángel Olaran, asistieron a la gala Kahsay Tadele, técnico del Del Departamento del Programa de Desarrollo Rural del Sy. Mary’s College, que lleva meses en España recibiendo formación, y Juan Carlos Olabarieta.

Aunque los asistentes a esta gala no tuvieron la oportunidad de escuchar las palabras que Abba Malaku había enviado para la ocasión, no queremos privaros de ellas:

“Con mi más profundo respeto, y en nombre de todos los jóvenes que, a través del deporte, buscan desarrollar valores de concordia, amistad, encuentro. . .expreso mi más sentido agradecimiento, por el reconocimiento que se nos ha concedido.

Es digno de admiración el pundonor y empeño que ponen en sus encuentros deportivos así como el espíritu que reina al interior de cada equipo.

Podemos asegurar que, en un 80% de los jóvenes en edad de practicar el deporte,  la alimentación que reciben en sus casas no se corresponde con el esfuerzo que realizan durante las actividades deportivas.

Con este tipo de actividades y otras, trabajamos por superar la incertidumbre de la alimentación familiar, compitiendo por hacer del mundo un hogar donde no falten el pan y el amor. Este es nuestro reto más esencial al que nos acercamos como de puntillas, pero decididamente.

Y haciendo uso, una vez más, del más profundo respeto y silencio, simpatizamos con los millones de nuestros niños que, no llegaran a la edad de 5 años, dados los obstáculos  que impiden su alimentario.

Pido a Dios que el espíritu que nos ha reunido en este acto humanitario, inspire nuestras respectivas obligaciones sociales por hacer ese mundo más justo. Cuanto más alta sea nuestra escala social, mayor es nuestra obligación en esa tarea común –nunca lleguemos a confundirla con un privilegio-.  Lo que nos dignifica a cada uno de nosotros y,  a todos por igual,  es nuestra condición de ser persona.

Una vez más. Muchas gracias”.


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