Poemas y sentimientos · Seguimos igual

Poemas y sentimientos · Seguimos igual

(Entre los años 1500 y 200 AC)

 

Para quien puede estar interesado, interesada, en el misticismo de personas, para quienes, Dios era todo: ya sintieran, vivieran, desearan. . . sus poros destilaban, “olían” a Dios. Un misticismo, una sabiduría “que se va coloreando de una profana religiosidad” (Introducción a los libros sapienciales).

 

Para aquellos místicos todo acababa en la tumba, en el sheol. No existía la vida después de la muerte. El dios de ellos, Yahveh, era uno entre los muchos dioses que habitaban en los cielos, aunque sus seguidores lo consideraran el creador de todos los demás dioses. Un dios preocupado por los pobres desde lo más hondo de sus entrañas.

 

Durante un tiempo, a través de la web, se ofrecerá un poema, un salmo, sentimientos de algunos de estos místicos humanos basados en su vivencia del amor de Dios a la humanidad, a la naturaleza, y, en especial, al pobre, dejando claro el rechazo frontal, al abuso de éstos, por parte de creyentes que le ofrecen sacrificios, oraciones, limosnas, incienso. Un dios que recibe aplausos y cantos de los ríos montes, árboles, estrellas, sol; animales salvajes. . . Un dios cuyo premio a los buenos era una vida larga en la tierra, acompañada de bienes. Pero ya con Job, aun en la pobreza más absoluta, rompiendo la fe en ese premio de bienes materiales, dios sigue vivo. Inspirando a esos abusados.” Desnudo salí del vientre de mi madre, desnudo allá retornaré; El Señor dio el Señor ha quitado: sea bendito el nombre del Señor.” (Jb 1, 21-22).


Santa Teresa de Jesús fue una de sus mejores discípulas: “Que si no hubiera infierno yo te temiera y si no hubiera cielo, te amara.” Al igual que aquellos místicos entendió que: “La medida de amar es amar sin medida”.

HABACUC 1, 2-4,12-17

SEGUIMOS IGUAL.

(Acercarse al salmo en silencio, despacio. Sin mayores pretensiones –aunque no ocurra nada. Dejarse llevar.)

 

¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me escuches;

Te gritaré: ! Violencia! , sin que me salves ?

¿Por qué me haces ver crímenes, me enseñas trabajos,

Me pones delante de violencias y destrucción

Y surgen reyertas y se alzan contiendas?

Pues la ley cae en desuso y el derecho no sale vencedor,

Los malvados cercan al inocente y el derecho sale conculcado.

[. . . .]

¿No eres tú , Señor, desde antiguo

Mi Dios santo que no muere?

Señor, lo has puesto en el tribunal;

Roca, lo ha establecido para que juzgue

Tus ojos son demasiado puros para estar mirando el mal,

No puedes estar contemplando la opresión:

Pues, ¿ Por qué contemplas en silencio a los traidores,

Al culpable que devora al inocente?

Tú hiciste a los hombres como peces del  mar,

como reptiles sin jefe,

y él los saca a todos con el anzuelo, los apresa en la red,

los reúne en el copo y luego ríe satisfecho:

ofrece sacrificio al anzuelo, incienso a la red,

porque le dieron rica presa, comida sustanciosa.

¿Y va a seguir vaciando sus redes

Y matando pueblos sin compasión?

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