Viento de Wukro: impresiones de una visita
Tras un largo paréntesis, por el que os ofrecemos nuestras disculpas, retomamos la comunicación desde este página con el testimonio de Valle, que ha querido compartir con todos vosotros su experiencia en Wukro. Esperamos que este sea el primero de las muchos que nos vais a enviar quienes tengáis la oportunidad de viajar a Etiopía y conocer la labor de Ángel Olaran y su equipo llevan a cabo en Wukro.
«Todo comenzó con un deseo de conocer esa realidad tan lejana para nosotros, una realidad que se cuela en nuestro mundo a través de imágenes o cifras escalofriantes. Todos sabemos que la pobreza existe, pero no podemos comprenderla desde nuestro cómodo sofá. Verla, olerla, dejar que nos toque y nos atraviese… ese fue el inicio y la casualidad nos llevó a Wukro y a Abba Melaku.
De regreso y una vez asimilada la experiencia, es importante compartirla y dejar testimonio.
Es increíble comprobar lo bien que funcionan las cosas que se hacen con el corazón.
Es verdad, con amor, esfuerzo y constancia, se puede. Se puede cambiar, ofrecer unas condiciones de vida digna, una oportunidad, un futuro.
En Wukro, donde carecer de lo imprescindible no es un tópico, el esfuerzo de St. Mary’s ha dado sus frutos. La Misión, la Escuela de Agricultura, la Oficina de Desarrollo Social de Wukro(WSDP),junto con los diferentes programas de desarrollo, dan prueba de ello.
Gracias a los “Abbas” por compartir con nosotros su casa, a las maravillosas cocineras de la Misión, a Tarik y Negesti. Y a la oficina WSDP: Halofon, Teddy y a Kiros del Gobierno etíope, quienes nos permitieron comprobar cómo se gestionan los programas de desarrollo y acompañarles en sus visitas.
Gracias también a todos aquellos que formáis parte de esta red solidaria en Etiopía por compartir vuestras experiencias: Gloria, Judith, a Proyecto Visión: Pili, Julio y Amparo.
Y por supuesto a todos los niños, a los jóvenes y a las abuelas por dejarnos compartir una parte de vuestras vidas: Aizea, Letish, Genet, Merehauit, Terhash, Samuel, Fortuna, Mikele… Cierro los ojos y os veo, regalándonos lo más preciado, vuestro cariño y una sonrisa limpia, sin pedir nada a cambio. Creemos que vamos a hacer algo por vosotros y comprobamos que sois vosotros quienes lo hacéis, nos demostráis lo que es importante en la vida. Y sobre todo, lo que no lo es.
Gracias a la gente de Wukro, por recordarnos que dar es mejor que recibir.
Y gracias a Abba Melaku por estar ahí y ser el motor de este cambio.
Ángel, ahora sí, es más fácil entender lo que dijiste: “Es simple, cómo no ser feliz cuando recibes tanto”. Valle