Navidad 2014: Se muere como se vive

Navidad 2014: Se muere como se vive

En el caso de nuestro Niño de Navidad, ya su nacimiento fue un símbolo de lo que había de ser su vida, su muerte.

Cuando San Juan en su evangelio nos comunica que el Verbo se hizo carne, que el Verbo fue también un cuerpo, asumiendo nuestra naturaleza, utilizó la palabra griega sarx que significa lo más negativo de nuestra Naturaleza corpórea, la sede de donde surge el odio, la mentira, el abuso, la injusticia, el horror, la tortura, el crimen, la angustia vital, el abandono, la burla. . . Y desde su nacimiento hasta su muerte, Jesús fue asimilando esas contravirtudes y las fue redimiendo: “Lo que no ha sido asimilado, no ha sido redimido” (San Juan Nacianceno).

Por su madre Maria, Jesús nació entre los de condición humilde, pobre. Ella junto a José, Isabel, los pastores, Ana, Simeón, Pedro Juan pertenecía al “pequeño resto de Israel” a los “pobres de Yaveh”, entre los que se mantenía viva la promesa de salvación, ofrecida en un principio al pueblo de Israel. A Dios no pareció importarle abandonar al pueblo fuerte, organizado por una jerarquía religiosa, política, social y económica poderosa, con grandes masas de seguidores, y, eligiendo el pesebre como cuna, quiso ser reconocido entre los suyos como comida y, al igual que los animales reconocen a sus dueños, los pastores siendo socialmente los últimos, fueron los primeros en reconocerlo, adorarlo, acostado en el pesebre.

Niños pastores en  Adigrat.  Foto: Marta Carreño
Niños pastores en Adigrat.
Foto: Marta Carreño

Y Jesús quiere ser comida para los pobres, con los que se identificó, con los que identifica: Bienaventurados vosotros, pobres; bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; tuve hambre y me disteis de comer; estuve desnudo y me vestisteis. . .El grito del pobre abusado traspasa las nubes y llega a Dios. Condena a los que venden al pobre por un par de sandalias; a los que cogen en prenda por un préstamo el manto de un pobre, y no se lo devuelven por la noche, porque no tiene otra cosa con la que cubrirse, también Dios los condena. En cada pobre nace, sufre y salva Jesús.

Y Herodes, para librarse de Jesús, mando asesinar a los niños de aquel entorno. Y hoy se sigue asesinando a niños mandándolos al frente con armas -muchas de ellas producidas en Occidente, españolas incluidas ; miles de niños han sido asesinados por poderes coloniales para acabar con sus etnias y poder apoderarse de sus tierras y sus países; se los asesina socialmente apartándolos de sus padres, vendiéndolos. .

Y tanto horror queda difuminado ante el impuesto que, según la FAO, exige la globalización, – el señorío de Europa en el mundo – que ya solo en África, exige la muerte diaria de 25.000 personas a causa del hambre, entre ellos muchos niños.

Y José y María, para salvar a su niño, tuvieron que llevarlo a Egipto, posiblemente un viaje tan expuesto como los de las pateras. . . Siguen siendo actuales todos los ingredientes para seguir con un Belén viviente.

Si no llega a ser por el establo, el pesebre, la vaca, el burro y los pastores, el niño hubiera estado tan desnudo como en la cruz.

El niño de Isabel saltó de gozo en su vientre al oír el saludo de María, significando la alegría del pobre ante la presencia del Arca de la Alianza; así Juan salto de gozo delante de la nueva Arca de la Alianza, María, portadora de la Palabra de Dios. Alegría perpetuada por los miles de niños que juegan, ríen y danzan ante la sorpresa de la Vida, del estar. Del saber estar. Alegría de la que muchos, demasiados, no somos testigos. Parecemos pertenecer más al grupo de Herodes y los sumos sacerdotes, escribas, fariseos, que no se sintieron apelados a llegar a Belén.

La sociedad de consumo, el nuevo pueblo de la salvación, colma este vacío nuestro llenando el pesebre de toda clase de artilugios que no salvan; ante los que, los consumistas que sin granes dificultades, hemos echado al Niño y a los Pastores del Misterio, nos arrodillamos y veneramos.

Muchas gracias por todo vuestro calor y apoyo a lo largo de estos años.

Que el Niño Dios haga feliz nuestro encuentro con Él y nos inspire para que, durante todo el 2015, a ningún Niño le falte el calor de un burro y una vaca.

Angel

 

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