Wukro Octubre 2024

El aborto  es un tema siempre “con colorido” en noticias y tertulias.

¿Es la magia de la penetración  esencial para un encuentro totalmente satisfactorio por ambas partes?  Hay mujeres para quienes la satisfacción exterior es tan, sino más, profunda que la interior.

En una conversación casual sobre la larga vida de un dictador, alguien comentó que se tenía que haber retirado antes, a lo que otro puntualizó: fue su padre quien tuvo que haberse retirado antes.

Esos últimos segundos pueden tener el efecto secundario no deseado ni esperado: el embarazo.

También por su parte la mujer, de manera externa, puede hacer que el hombre consiga lo esperado en el encuentro.

No sé si aún sigue siendo parte de la psique de la mujer, pero los libros comentaban que, si una mujer se siente querida, respetada, acariciada cariñosamente, poseída . . . su cuerpo deviene “minado”: todo él reacciona, salta, goza al menor gesto recibido. En la película Calígula, el rey con un gesto jocoso dice: “las mujeres encuentran placer hasta en la planta de los pies”, a la vez que para ellas, el cuerpo escultural de un hombre puede pasar desapercibido. ¿Está el mundo de los varones concienciado de ello? Una joven mujer habiendo pasado un largo curso académico fuera de casa,  comentaba que más de uno le proponía algo  de intimidad, lo que ella no comprendía: “Mi marido está en casa, ¿qué necesidad tengo de alguien?” ¡Mujer tenía que ser! –  su marido contrajo el SIDA. “El amor trasciende  la persona física del ser amado y encuentra su significado en lo más profundo de su propio espíritu, en su yo íntimo “- Viktor Frankl: “El hombre en busca de sentido”, pg 46. ¿Se encuentra esto en los libros de hoy?

En nuestro caso, ninguno de los dos busca complicaciones en el encuentro. Los dos saben que el acto les transciende, que toda existencia humana está relacionada con ello. Hoy día los medios para evitar el embarazo son de conocimiento callejero. En una de las paredes de nuestras clases de pintura, trabajo del barro, desde los comienzos del SIDA está escrito: “Piensa libremente, actúa con cuidado”. Una ginecóloga, abuela ya, aún trabajando a sus 80 años de edad se entusiasmaba delante  de lo que de incomprensible, milagroso,  asombroso comporta todo el complicado, maravillosamente entramado   sistema procreativo. Un encuentro a “palo seco” denigra la humanidad. Para algunos quedaría reducido a: ¡menudo polvo!- con perdón – rayando el sacrilegio. De este juicio se libran las mujeres que por obligación, por esclavitud,  tienen que comerciar con sus cuerpos, nunca con sus almas – sacrificio bendecido por Jesús. A María Magdalena “mucho se le perdonó, porque mucho amó.”

El principio  “el cuerpo es mío y hago lo que quiero” no debería interferir con el prestar atención, ir con cuidado. Me imagino que la  mujer que opta por el aborto tiene que sufrir un trauma muy íntimo. No se trata de quitarse un bulto en el vientre. Y eso, aunque cuente con el apoyo del amigo, de la familia. La decisión final es suya, es personal. Y si se encuentra con el inconveniente que el amigo rechaza su paternidad, que sea él quien le obligue al abortar, o sea la carga social, laboral, escolar. Como siempre, todo recae sobre la mujer, quien mal que bien, sale adelante, puede con ello: ¡qué fuertes sois! Piensa globalmente, ACTÚA individualmente. No te dejes llevar.

Un profesor de sociología comentaba que el: “es mío y hago lo que quiero” sin mayor trascendencia, es un principio capitalista a pie de tierra. Se preguntaba si ese “es mío”, en su esencia no comportaba una dimensión social, humana, a tener en cuenta.

Al criminalizar el aborto igualmente tenemos que criminalizar la fabricación de armas que matan. A los gritos delante de un hospital que aborta, tienen que seguir los gritos delante de las fábricas de armas mortales. ¿Se puede llamar criminal a alguien que se acerca a su víctima, temblando, con los ojos cerrados, cargada de todo tipo de emociones, que condicionan sobre manera la libertad de su acto? Algo que no afecta al que dispara o  echa bombas.

Los gritos tendrían que extenderse a los bancos que invierten en armas, dinero que ellos han recibido para las cuentas en pensiones, seguros de vida y del estilo – parafraseando, dinero de “primeras comuniones”. Estamos enfangados en el mundo de la promiscuidad en el que ya desde niños se nos dice que todo es posible. A un niño no se le puede condicionar hablándole de valores, de Dios y cosas del estilo. Tiene que ser como una “tábula rasa”, limpia: solo expuesta a móviles, televisiones, consumo. Muchos ni siquiera van a tener la vivencia del “Hogar, dulce hogar”- para cuando comienzan a querer al padre y la madre, se encuentran con otro padre u otra madre. Esto tiene que pasar factura, allá por el subconsciente, creando pacientes para psicólogos y psiquiatras.

¿No estamos perpetuando el juicio de Caifás? “Es necesario que uno muera por el pueblo” Al  ver juzgadas a las culpables, ya nos justificamos de nuestro silencio ante las armas con las inversiones que ello implica, las familias desmembradas. . .

 ¿Podríamos los miembros de la jerarquía eclesiástica comenzar “echándoles la primera piedra”?

“La gloria de Dios es que el hombre viva” No se trata de llenar la vida de días, sino los días de vida (Emilio Galindo). Para no caer en la hipocresía, el  grito contra el aborto tiene que convertirse también en un acto a favor de la mujer embarazada mal alimentada, del niño mal alimentado.

¿Qué impacto podrán tener las manifestaciones masivas a favor del aborto, a veces en un ambiente festivo, en adolescentes a las los que solo les llega el derecho a la libertad?

Impresionaba una foto de unos 2 metros por metro y medio, de 3 hipopótamos grandes, con las muy grandes bocas abiertas a tope, como dando el do de pecho, con un comentario a pie: “Cuando todo está dicho y hecho, lo que está dicho supera a lo que está hecho.”

Ángel.