¿HAY LÁGRIMAS EN LA ONU?

¿HAY LÁGRIMAS EN LA ONU?

(Variaciones sobre el mismo tema).

Las noticias se suceden y cada vez más horrendas, más dramáticas. ¿Razón? La Covid 19.

Dejando de lado los 160.000 que mueren diariamente por falta de lo más básico, y ya desde  bastante antes del año 2000, cuando se lanzaron al aire los Objetivos del  Milenio. Pasa el tiempo con sus consecuencias: de millonarios pasamos a mil millonarios, de pobres a deshechos.  Últimamente no paran de iluminar nuestras conciencias con cifras, con números reales nuevos,  frescos del día, que están en la calle – no así los 160.000 arriba indicados, aparcados en algún rincón perdido que ya ni molestan. (Siguiendo cifras que vienen de la ONU, el 11-09-2001, cuando el ataque a las Torres Gemelas, donde murieron 2990 personas, ese mismo día por falta de lo más básico morían 34.000 niños menores de 10 años y en total 158.000 personas).

De un informe oficial del secretario general de la ONU, Antonio  Guterrez del 09-06-2020 alertándonos de lo que nos espera con la Covid 19, revela cifras como: 270 millones sin nada que comer, 144 millones niños con retraso en el crecimiento; 368 millones de estudiantes han perdido ya su comida escolar; 29  millones de nuevos pobres en América Latina.  Un programa para la alimentación advierte una hambruna de “proporciones bíblicas” en el cuerno de África, duplicando a 500 millones de retroceso en la pobreza. 49 millones de personas caerán en la pobreza extrema – la mitad de ellos en África, con el agravante de que las remesas (ayudas) disminuirán en un 20%, lo que supone una pérdida de 110.000 millones de dólares en la compra de alimentos necesarios para los empobrecidos.

El secretario General añadió que: “a menos que se adopten medidas de inmediato, cada vez está más claro que habrá una emergencia alimentaria mundial inminente”. Una de las 3 medidas necesarias a tomar está en que: “Hay que invertir en futuro, creando un mundo más inclusivo y sostenible, creando sistemas alimentarios que  atiendan mejor las necesidades de los productores del sector de la alimentación propiciando un acceso más inclusivo a alimentos sanos y nutritivos para poder erradicar el hambre y reequilibrando  las relación entre estos sistemas y el medio ambiente.” Digno de haber sido proclamado y ovacionado delante de los 10.500 (cifras del 2001) empleados de la FAO en Roma, quienes llevan muchos años y presupuestos multimillonarios, para hacer que esas personas tengan acceso a un plato de alubias diario, sin haberlo conseguido. Muy indigno de leerlo delante de los millones de personas a quienes se supone tienen que servir y a quienes se les sigue negando el plato de alubias.

Son discursos de despacho, de cara a la galería, al margen de todo contacto con tierras agostadas, secas, infértiles, sin acceso al regadío, con escasez de semillas de una cierta calidad y al margen de un contacto  vital con ese labrador y su familia.

Me atrevería a asegurar que estas estadísticas,  además de ser desconocidas para la mayor parte de la Humanidad, una vez más,  nos han dejado indiferentes,  creando  a lo más un: “hay que ver”. No así con la reacción mundial, y correcta, ante el asesinato de Georges Floyd. Dios no lo quiera, pero si en las próximas 6 semanas ocurriera  algún asesinato del estilo: mujer negra embarazada, mujer negra amamantando a su criatura, para la 6ª muchos estaríamos cansados de ver lo mismo, molestos de que pasen esas noticias mientras comemos tranquilamente con nuestros niños en casa.

¿Esta información que llega de las mesas de la ONU habrá creado algún sentimiento mínimamente humano entre ellos? Difícil olvidar el poema de Ross Coggins, en el “Lores de Pobreza” de Graham Hancock, acabado con: “Basta de versos – sigamos con la misión! Nuestra obra es tan extensa como la condición humana! Solo pedimos a Dios que la profecía bíblica siga siendo verdadera: A los pobres siempre los tendréis con vosotros.”  Imposible que, una oración escuchada y corroborada con el envío de la Covid 19 produzca lágrimas – solo acción de gracias: “sigamos con la misión.”

Al poco de que acabara la Segunda Guerra Mundial, en Bretton Woods se crearon el Banco Mundial y la FMI, con el objetivo de asegurar la Paz para la Humanidad: no más guerras, no más hambre. De esas dos instituciones ha ido surgiendo todo el entramado de la ONU para apoyar ese único fin: La paz universal.  Sería de lo más urgente una auditoria valorando lo que se ha conseguido a través de estas instituciones a fecha de hoy. Así como del uso de sus multimillonarios presupuestos en la consecución de esos fines.

No creo que el presupuesto se lo impida; según Antonio Cuellar, siendo Secretario General de la ONU en sus filas cuentan con el personal mejor preparado y motivado del mercado laboral, lo que, según él, justificaba el 2001 que sus empleados cobraran mejores sueldos que los funcionarios mejor pagados, en aquel tiempo, los norteamericanos: los sueldos eran superiores  entre el 24 y el 30%; trabajaban  un promedio de 10,3 horas menos; la pensión es un 43% más alta – el pico de iceberg. Con el agravante de que  la ONU  en Nueva York contaba con una nómina de 12,248 empleados, y aún necesitan un presupuesto bienal extra de 11.1 en consultores; los 10.500 miembros de la FAO eran  aún menos efectivos con un presupuesto extra, también bienal, de 19 millones de dólares  “Lores de pobreza” pg. 96 y 99.

Hará menos de un mes el Banco Mundial anunciaba la donación de 160.000 millones de dólares para paliar los desastres de la Covid 19, algo que parece ser ignorado en el por el Secretario General de la ONU. ¿Desaparecerá esa inmensa cantidad, como han ido desapareciendo durante años, cubriendo dietas, viajes. . . de los sufridos funcionarios de la ONU, salvando de desastres a la Humanidad?  ¿Qué “atractivo” tiene la Covid 19 que no tenga la hambruna? Hace unos años la ONU pedía a los países ricos 50.000 millones de dólares para solucionar el problema de hambre en el mundo, sin resultado alguno y a los pocos meses de la Covid 19, el Banco Mundial ofrece esa inmensa cantidad para combatir la pobreza por él creada. El Secretario General anuncia la muerte de 400.000 personas por el virus desde sus comienzos harán ya 7 u 8 meses. El grupo arriba mencionado, y arrinconado pero real, dada su dieta, supera esa cantidad de muertos en solo 7 días. Para ser justos con el comunicado de la ONU, hay una pequeña referencia a los desechos: “Antes no lo estábamos haciendo muy bien; contamos con 821 millones de personas con hambre”  ¿Algo que ver con las lágrimas, aunque sean de cocodrilo? Con todo,  algo es algo y es de agradecer el detalle.

Nos echamos las manos a la cabeza porque el Presidente Trump amenaza con retirar el apoyo al desarrollo a través de la ONU.  Si lo hiciera, poco afectará a los pobres, no así a los sufridos  y abnegados funcionarios de las instituciones Madres de la Humanidad, quienes se quedarían sin ese 80% de presupuesto anual destinado a los pobres por los que desviven. Y posiblemente sufran sus salarios, sus múltiples viajes. Graham Hancock, estando trabajando para la ONU, tuvo como esa luz: como para cualquier “consulta” cruzaba el Océano  Atlántico, como si los billetes de avión costaran como el billete del autobús o del metro. Pag.83 en la que también confiesa, como paseando, en una pared frente al cuartel general de la ONU, leyó este pasaje de Isaías; “De las espadas harán arados, de las lanzas podaderas; ninguna nación levantará la espada contra otra;  nunca jamás, aprenderán sobre guerras” Continúa comentando que es cita bíblica le hizo llorar y expresa su malestar al sentir el cinismo de la mayoría de los 50.000 empleados de la ONU pasando delante de ese supuesto moto de la Institución Madre. Aparte de ellos también pasarán muchos que” se consideren ser alguien en el negocio con la pobreza” pg 37.

Presidentes anteriores a Trump  han defendido que el primer beneficiado en las ayudas no son los pobres sino Norteamérica. El Presidente Nixon comunicó a la nación.” Recordemos que el fin principal de la ayuda no es ayudar a las naciones pobres, sino a nosotros mismos” Siete años antes ya Kennedy comunicó lo mismo, añadiendo que sería también un medio para que esa naciones pobres no sucumbieran ante el comunismo. Pag. 71

Sin menospreciar el negocio que supone para Nueva York, Washington, Ginebra, Roma. . . el paso de tantos miles de empleados  por sus oficinas, que debe de estar a la altura de lo que aportan al desarrollo. La infraestructura montada para acoger a muchos miles de estos funcionarios que, para servir más dignamente a los pobres necesitan viajar en limusinas y usar, en todo, lo mejor de lo mejor, sin reparar en precios. Los pobres exigen el máximo de ellos y tienen que estar a la altura de sus expectaciones.

Leía que la Secretaria, inglesa, de Desarrollo Internacional mostraba su preocupación ante la amenaza de la Covid 19 sobre lo conseguido en 30 años de Cooperación Internacional. En qué quedaría esa cooperación si se auditaran el desarrollo en el Primer y Tercer Mundo. Hace 4 años un amigo mío cirujano participando durante unas dos semanas en los quirófanos del Hospital Universitario de Mekele me comentaba que, operaban con el instrumental que él utilizaba hace 30 años  a la vez que alababa la calidad y profesionalidad de los cirujanos. A tener en cuenta que en más de uno de estos hospitales, se llega a recibir maquinas-instrumental sanitario muy sofisticado, lo último en el mercado, para los que ni el personal sanitario ni el técnico está preparado.

Afirmaría que los miembros del “Club de los 160.000”, con solo 2 euros diarios, se codearían en elegancia con los multimillonarios; creo que muchos de estos no podrían codearse con ellos en serenidad, acogida, felicidad. Si algún día faltaran los pobres en la Humanidad, ésta perdería mucho. El hecho de que lleguemos a ellos habiendo viajado en avión, podamos cambiarnos todos los días de ropa, nunca nos falte la comida es algo de lo que se alegran, no lo han considerado un desagravio a ellos, aunque solo pudieran ofrecernos una piedra en la que sentarnos. Nunca un reproche ni una mala palabra, ni mala mirada entre ellos cuando nos despedimos dejándolos en su miseria. Pero Occidente está lleno de instituciones, personas que gritan, se desgañitan insultando, despreciando a los que se atreven a llegar a sus puertas en algo tan inhumano y arriesgado como una patera. Si este perfil de persona faltara, la Humanidad ganaría mucho.

Con todo, ya se comienza a decir que la Covid19 será la enfermedad de los pobres, dado que las vacunas serán tan caras que no tendrán acceso a ellas. Este sería un terreno apropiado para el apoyo de la ONU.

No sería de extrañar que Dios incluyera en su creación nuestra vida eterna pensando en hacer justicia a los pobres, los deshechos  delante de toda su creación:” Tuve hambre y me diste de comer”- se ha identificado con ellos.

Pasamos delante de esta cita bíblica, como los empleados de la ONU delante de la de Isaías.

También Dios y los pobres siempre nos cogen mirando al otro lado.

Ángel

3 Comments

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