Carta de Navidad 2015: Datos en torno a un nacimiento y algunas de sus consecuencias
En la víspera del Día de Reyes, recibimos la carta que Ángel Olaran nos envía con motivo de la Navidad. ¡Feliz Año a todos!
Datos en torno a un nacimiento y algunas de sus consecuencias.
«En la historia de la humanidad, pocos nacimientos habrán sido anunciados desde la prehistoria. Ocurrió en un jardín desarmonizado, cuando se creó una barrera entre el demonio y la dinastía de la Mujer, “pondré enemistad entre ti y la Mujer, y entre su linaje y tu linaje: el te pisara la cabeza”, dijo Dios. (Gn, 3-15) (A)
Ya dentro de la historia de la humanidad, Dios prometió a Abrahán Gn 17,2-3: “Anda en mi presencia y se perfecto. Yo establezco mi Alianza entre nosotros dos, y te multiplicare sobremanera.” (B)
A través de esa alianza, Dios promete que será el Dios de Abrahán y su descendencia, que para ellos, El será su Dios, y que como signo de esa alianza, Dios pide “todos vuestros varones serán circuncidados (Gn 17,10)
En la Alianza hay un sacrificio de una novilla, una cabra, un carnero. . . que Abrahán los corto por la mitad, colocando una mitad en frente de la otra, pero solo Dios, paso entre esas partes expuestas una frente la otra, en la forma de “entre densas tinieblas y una antorcha de fuego en la forma de un humo brillante.” (C) Y Dios le `prometió, “A tu descendencia daré este país… “(Gn 15,7-18). Aquí Dios promete una tierra y ser su Dios. Abrahán promete, vivir en su presencia, fuera de otros dioses, y ser perfecto. Además de la circuncisión, como un signo que les recuerde del pacto entre ellos.
Dios va perfilando su pueblo con la llegada de Isaac y Jacob, a quien Dios le da un nombre nuevo: Israel (Gn 32,29) culminando en las 12 tribus de Israel.
A través de Jose, hijo de Jacob, Jacob y su familia llegan a Egipto, donde después de 400 años de estancia en el país más 40 en el desierto de mano de Moisés; a la muerte de este, con Josué a la cabeza llegan a ‘la tierra prometida’
Otro paso cualitativo ocurrió durante la estancia de los israelitas en el desierto, donde Dios renueva la alianza con el pueblo, siendo Moisés el intermediario: Ex 19,4-8 “Ya habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y como a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi Alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mí un pueblo de sacerdotes, una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel. Fue, pues, Moisés y convoco a los ancianos del pueblo y les expuso todas las palabras que Yahveh le había mandado. Todo el pueblo a una respondió” Haremos todo cuando ha dicho Yahveh” Y Moisés llevo a Yahveh la respuesta del pueblo.
Y Dios ratifica la Alianza (Ex 24,5-11) “Luego mando a algunos de los jóvenes de Israel que, ofreciesen holocaustos e inmolaran novillos como sacrificios de comunión para Yahveh. Tomo Moisés la mitad de la sangre y la echo en vasijas; y la otra mitad la derramo sobre el altar. Tomo después el libro de la alianza y lo leyó ante el pueblo, que respondió ‘Obedeceremos y haremos cuanto ha dicho Yahveh’. –entonces tomo Moisés la sangre, roció con ella al pueblo y dijo. Esta es la sangre de la Alianza que Yahveh ha hecho con vosotros, según todas estas palabras. . . pudieron ver a Dios; comieron y bebieron.” La sangre sobre el altar y sobre el pueblo significa que una misma vida une a las dos partes de la Alianza.
Y como signo/símbolo, como un recuerdo palpable, se comprometen a guardar el Sábado como día del Señor (Ex 32,12-13)
La iniciativa, con su promesa, viene de Dios; la Alianza, conlleva la promesa de que el pueblo se compromete a cumplir la Palabra que se les leía en todos los encuentros litúrgicos y otros. Y Dios por su parte acepta la Palabra que les ha dado.
Y así, Dios comienza a individualizar la promesa de un pueblo en una persona. Dt,18,18 “Yo les suscitare, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y les dirá todo lo que yo le mande.” Se refiere ya a Jesus, relacionado con la promesa hecha durante la prehistoria. El evangelio de San Juan de manera más explícita presentara a Jesus como el nuevo Moisés.
Dada la falta de un compromiso social por parte del pueblo y sus gobernantes, fallando a palabra ante Dios: “Obedeceremos y haremos cuanto ha dicho Yahveh”, Dios envía profetas. Gran parte de la historia de los profetas de Israel, está en recordar a los gobernantes políticos y religiosos que se habían alejado de cumplir la Palabra y de ahí todas las tragedias que estaban sufriendo, deportación incluida. La clase religiosa y los notables abusaban de las viudas y los pobres; vivían al margen de la justicia. Fue también una época en la que siguieron a otros dioses. Dios no les acusaba de politeísmo, de creer en otros dioses, sino de adorar a unos dioses que no exigían un compromiso social con los pobres. (Am 4,1) “Escuchad esta palabra vacas de Basan, que estáis en la montaña de Samaria ( con otros dioses), que oprimís a los débiles, que aplastáis a los pobres, que decís a vuestros maridos: ‘”Traed y bebamos’! . . . (5,7-12) “Hay de los que cambian en ajenjo el juicio y tiran por tierra la justicia. . . ya que vosotros pisoteáis al débil. . . Oh! opresores del justo que aceptáis soborno.”. . . 5,21:” Yo detesto, desprecio vuestras fiestas. No gusto el olor de vuestras reuniones. . . aparta de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero oír la salmodia de tus arpas! Que fluya, si, el juicio como agua y la justicia como un torrente de agua inagotable. (Hay muchos textos similares). Dado su compromiso con Dios y los pobres, varios de los profetas fueron asesinados. ¡
Así, poco a poco, Dios fue alejándose de la nación de Israel, como pueblo de la promesa, para centrarse en el “pequeño resto” , los anawim –los pobres de Yahveh, los abusados, ignorados, despreciados; los que se inspiraban en la Palabra y la vivían. En ellos recayó la promesa de la salvación. “Dejare en medio de ti un pueblo sencillo y humilde, que confiara en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades. . .” (Sof 3,13) El mundo de Maria, Isabel, Jose, los pastores, las prostitutas. . .
Contra esta práctica común denunciada por los profetas, estos mismos, inspirados en la voluntad de Dios y viendo el sufrimientos de los pobres, anuncian la llegada del que será enviado: Jer. 33,15: “En aquellos días y en aquella sazón, hare brotar para David un Germen justo y practicara el derecho y la justicias en la tierra.”La venida del Mesías cambiara el orden establecido. Jeremías proclama que Dios cambiara nuestros corazones de piedra por otros de carne. Isaías proclama un nuevo orden social: el buey y el león juntos comerán yerba; habrá ríos de agua en lo alto de las áridas montañas. Hasta los gobernantes cambiaran sus criterios: de las espadas se harán arados. . . También se instaurara un nuevo orden espiritual, en la relación entre Dios y su pueblo, con cada uno de nosotros, expresado en el Cantar de los Cantares 3,1-5 “En mi lecho por las noches, he buscado al Amado de mi alma. Lo busque y no lo halle. Me levantare, pues, y recorreré la Ciudad. Por las calles y las plazas buscare al Amado de mi alma. Lo busque y no lo halle. Los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la Ciudad. ¿Habéis visto al Amado de mi alma? Apenas los había pasado, cuando encontré al Amado de mi alma. Lo aprehendí y no lo soltare hasta que lo haya introducido en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me concibió. Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas, por las ciervas del campo, no despertéis, no desveléis al Amor, hasta que a ella le plazca.” En el cambio social los ejemplos empleados hacen referencia a animales, ríos. . . En cuanto al orden espiritual, vida con Dios, el ejemplo es el amor de la pareja, en el que la armonía del lecho conyugal no está ausente.
Y así llegamos a Juan el Bautista, quien no se consideraba digno de desatar las sandalias de Jesus. Con todo Juan nace alrededor del Templo, de un padre sacerdote, y una madre ya anciana. Esperado y alabado por muchos. . . No así Jesus, engendrado en una soltera, desconocida, en Nazaret, lejos del Templo, ignorado de todos, reconocido por unos pastores, que en aquella sociedad eran considerados los últimos, los ninguneados. Los pastores saben que, en la comida que en el pesebre ofrecen a sus animales, estos los reconocen. Jesus quiso ser reconocido como comida. Como sea, pero reconocido.
Ya Dios, antes de ser Jesus, se lamentaba ante la Creación, de la falta de reconocimiento por parte de su pueblo. “Oíd, cielos, escucha, tierra, que habla Yahveh: Hijos crie hasta hacerlos hombres, y ellos se rebelaron contra mí. Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, Israel no conoce, mi pueblo no discierne” (Is 1,2-3)
Dios hecho Jesus:” El Verbo se hizo carne” (Jn 1,14), no asumió el soma, la parte positiva de nuestra carne. Asumió el sark, la sede de todo lo humanamente detestable: el odio, la venganza, la envidia, el abandono. . . para así, asumiendo todo desde el interior, lo pudiera redimir – SanGregorio Nazianceno
Con su nacimiento, Dios tergiversa el orden, los valores de la humanidad. Ya en su nacimiento estaba la trayectoria de su accidentada vida, muerte incluida, con la que también tergiverso la actitud de aquellos primeros padres de la prehistoria quienes, siendo creados quisieron ser como Dios, lo que nos lleva a la primera promesa de su nacimiento. Jesus, en la cruz, siendo Dios experimenta el abandono de Dios. “Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado?” (Mt 27,46)
Juan el Bautista no se consideraba digno de desatar las sandalias de Jesus; Jesus lava los pies a los discípulos. Jesus nace ignorado, pero Juan, en el seno de su madre, salta de gozo al oír el saludo de Maria (Lc,1-44) Juan reconoce en Maria, la nueva Arca de la Alianza, dado que en su seno moraba la Palabra. (D).
La ‘pieza’ clave en el nacimiento de Jesus, es Maria, la Mujer.” Mujer he ahí a tu hijo” (Jn. 19,16-27). En el proceso de la Anunciación y aceptación de ser madre del Enmanuel –Dios con nosotros-, según Xavier Thevenot, Maria simbolizaba – unía – (sum-ballein) todo lo que a ella le iba ocurriendo dentro de la fe de ese pueblo llamado y amado por Dios y fue sintiéndose parte activa en todo el desarrollo. Desde su “Hágase en mi según su palabra”, en su caminar, ella fue el ultimo eslabón en la Alianza ofrecida a Abrahán. Dios le ofrece ser madre de Enmanuel –Dios con nosotros- Y, como signo, ella le ofrece su humildad:” Mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto sus ojos en la humildad de su esclava” (Luc 1,47). Por último la Alianza es perfeccionada en la cruz y ratificada con la resurrección. Jesus derrama su sangre “ de la nueva Alianza en mi sangre» (Luc,22-20). En ella Jesus nos promete tener todos los privilegios de un heredero, ser templos del Espíritu Santo, ser parte de su cuerpo místico; nos obtiene el perdón. . . Y como signo/símbolo, Jesus nos ofrece una nueva ley:”En esto reconocerán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros” (Jn13,35). Poco antes, les había lavado los pies. “También vosotros debéis lavaros los pies los unos a los otros” (Jn13,14) –materialización del signo del amor. Ya las primeras comunidades cristianas, comenzaron a cambiar la práctica del sábado, como día del Señor, al domingo, correspondiendo al primer día de la semana en que Jesus resucito. Celebraran la fracción del Pan.
Jesus lleva a la perfección la Alianza comenzada con Abrahán, haciéndola eterna. La sella en su propia sangre. Y nos invita a: hacer eso en conmemoración suya, en la Eucaristía, donde, al igual que los israelitas, nos comprometemos a comer su Palabra, a hacerla carne de nuestra carne, antes de participar en la comunión del Pan. La tenemos que hacer justicia, verdad, cercanía al pobre, con quien Jesus se identifica de manera especial:” todo lo que hicisteis al más pequeño de ellos, me lo hicisteis a mí.” (Mat 25,40,45). El pobre es el sacramento de Jesus. El pobre es la corona del nacimiento de Jesus, no en vano fue el primero en reconocerlo. Tienen nuestras Eucaristías algo que ver con el proyecto Jesus? Ante los miles de personas que mueren diariamente por faltarles lo más mínimo; el sufrimiento de tanto emigrante; los contratos basura; la falta de seguridad laboral; los desahucios; tanto comedor social, los abusos de la economía global; tanta corrupción. . . Que nos dirían hoy, Isaías, Jeremías, Amos. . .? A cuantos de entre ellos los habríamos matado ya? Sin nuestro compromiso social, falla nuestra fe en la Alianza que es la Eucaristía, y sin esta fe, sin este compromiso, reducimos las palabras del sacerdote: esto es mi cuerpo; esta es mi sangre, a una fórmula mágica. Jesus sello esas palabras suyas con su vida y en la cruz con su sangre.
Feliz Navidad. Feliz 2016″.
Angel
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(A) Esta promesa está considerada como el protoevangelio, dada la promesa de salvación. También Maria, la Mujer, tiene ya un papel preponderante.
(B)
Dios le pide a Abrahán que anduviera en su presencia. Abrahan era politeísta. Creía que cada familia, cada clan tenía su propio dios. Por eso Dios le saco de Mesopotamia, su pueblo, y le llevo lejos, para que se apartara de sus dioses y comenzara una relación con el. Así comenzó su mono latría – adorar a un dios- con Yahveh. Y paso a ser el dios de Abrahán, Isaac, Jacob. . . el dios familiar.
Dada la falta de seguridad oficial, las personas, familias, pueblos. . . se auto protegían por medio de alianzas. En ellas estaban detalladas las promesas a las que incurrían. Algunas de las alianzas, tenían su comienzo con personas con un cierto poder que se ofrecían a entrar en este tipo de relación, con personas más sencillas, humildes. En todo el proceso bíblico queda claro que Dios es quien ofrece esta alianza a su pueblo.
(C) Las partes contratantes pasaban por medio de los animales así expuestos, expresando que, a quien fallara a la alianza, le ocurriera lo que a los animales del sacrificio. En nuestro caso, solo Dios pasó por ese ‘pasillo’ .
– El salto de gozo de Juan en el seno de su madre, se corresponde a los saltos de gozo de los humildes, “ David danzaba con todas sus fuerzas” (2 Sam 5,14) delante del arca de la Alianza, donde se guardaban los 10 Mandamientos, la Palabra de Dios. Juan en el seno de su madre inspirado por el Espíritu Santo, saber encontrase delante del Arca de la Nueva Alianza, Maria, en cuyo seno se cobijaba el Verbo, la Palabra.